Yo no pude asistir a la proyección-FAS del otro día, pero tenía mogollón de ganas de ver esta última y polémica (por lo escuchado y leído) Palma de Oro del Festival de Cannes. Hablando de cine nunca se debe descartar a los franceses y, menos aún, al Festival de Festivales. Sería como hablar de ciclismo desoyendo las lecciones que nos imparte el Tour de Francia. ¡Qué le vamos a hacer! Nosotros les tenemos aquí al lado, y llenando las salas del Guggenheim, así que a aguantar y a tratar de ver la botella medio llena.
Que es lo que yo me propuse hacer el otro día cuando, para subsanar mi falta de "titane" y me visioné la película de Julia Ducoumau con el Amazon Prime Video en el ordenador, en una impecable versión original con las luces apagadas, y las ventanas, la habitación y el móvil cerrados. (Faltaba Diego, nuestro proyeccionista, pero no todo iba a ser perfecto).
¿Y a qué me llevó todo esto? Pues que a Titane es, en el fondo, un típico producto francés, y de la factoría Cannes en concreto. La película, y que nadie lo niegue, es provocadora, bizarre, transcurre sin contemplaciones, y sin contemplaciones trata al espectador que, a menudo, no sabe con qué o a qué quedarse. ¿Me marcho o me estoy quieto?
En mi caso, yo me mantuve al pie del cañón. Por lo de la botella medio llena. E intenté sacarle punta a la Palma de Oro hasta procurar dejarla afilada como esa aguja con la que la protagonista se sujeta peligrosamente el moñito. Y pensé que de Titane a Pulp Fiction tampoco hay tanta distancia. Ni de Titane a Los amantes del Pont Neuf. Ni de Titane a Terciopelo azul (¿o no están los interiores de la casa de Vincent iluminados como la habitación donde se contonea embelesado el siempre agradecido Dean Stockwell?) Ni de Titane, y sin salirnos del tiesto-Lynch, a la perturbadora y muy extraña Cabeza borradora. Ni de Titane a las purulentas y fascinantes Videodrome y Crash de Cronenberg, esta también, y para espíritus poco conflictivos, una película sobre coches.
Claro, todos ellas películas-iconos imprescindibles para la crítica francesa menos conservadora; imprescindibles, según sus deseos, para abrir nuevas formas narrativas, algo-antes-nunca-visto-jamás (lo sabemos: los franceses y la humildad: aceite y agua), algo que si no entiendes, ... peor para ti. Nosotros ya te habríamos advertido ,pues por algo elegimos a Titane como nuestra última y flamante Palma de Oro.
Pues sí Toni, bien traída la pregunta. Y es que como recoge Ana G (fas) en su crónica, “Titane” además de dejarte perplejo, genera división de opiniones, y múltiples interpretaciones. Cierto es, que será un film que creo pasará a la memoria de cada cual (si has superado esa primera y dolorosa parte).
Yo me quedé prendado (...no sé cómo explicar) en mi visión del Zinemaldia 2021, pero no por atracción, sino más bien por la curiosidad que va transmitiendo en cada episodio del film, es como seguir un sendero para saber a dónde te lleva. Lógicamente en el camino, Julia no lo pone fácil, y deja a cada espectador/a que decida seguir o no seguir. No sé si por…