Sí, ¡'Moze, ábreme la puerta, ábreme la puerta del cineclub!, que prometo que no me volveré a escapar y a meterme en una de esas salas comerciales donde se proyectan las películas-de-moda, ésas que si no las has visto te pueden hasta señalar por la calle. Mira, ahí va ese Toni, más pasao que El Fary.
Y por eso, engañado por tanto ruido y tantas nueces mediáticas,, fui "a ponerme de moda" y me metí, todo ingenuo, a ver ésa de "Todo a la vez, y en todas partes", de la que todos hablan a la vez (jeje), la película de los Daniels, nada de hermanos y sóllo Dan y Daniel (¡menudo cachondeo!), que ha ganado ni más ni menos que 7 Óscars, como "La lista de Schindler", como "Patton", como "El golpe". Vaya sí, el peliculón del Año: película para recordar cuando seamos viejitos.
Y ahí que me las dieron todas, Moze. Lo-siento-y-lo- siento. Pero parece que no aprendo. ¿No me daba cuenta de que si ni Billy Wilder pudo realizar una comedia (y me juran y perjuran que la de los Daniels lo es- sic) de dos horas de duracióin y salir airoso del intento ( "En bandeja de plata" o "Bésame, tonto", sin ir tan lejos), cómo iban, entonces, Dan y Daniel, Pim y Pom, a conseguirlo cargando con 135 minutos en sus cachondas (sic) espaldas, que se dicen bien y pronto, o con una auténtica y soporíifera Eternidad, que ya no se dice ni tan bien ni tan pronto y sobre la que sólo personajes fictcios, tan ilustres y avezados como el conde de Montecristo podrían darnos alguna pista ?
Por eso, yo no quiero volver a salir del FAS. Me gustan sus películas, sí, algunas hechas en el 5º Pino, pero hechas todas con el corazón antes que los bolsillos llenos de dólares, y sabiendo que, como escribía un amigo a propósito del "Ulises" de Joyce (¡toma ya!), cada libro (cada película, en este caso) como cada persona tiene “los defectos de sus virtudes”.
Pero a vosotros Daniels esto no os suena de nada, ¿verdad? La humildad no va con vosotros precisamente. Petulantes y engreídos por partida doblle. Y a los dos me dirigo, sí, que hicistéis que me durmiera en la súper sala, con sonido surround a tope, acurrucado en la fila 7 butca 5, y soñando con otras películas, tal vez más pequenitas y discretas pero, sin duda, más agradecidas, con películas que te dan que pensar y no por urdir la más 007, la más atrevida salida de un cine que se haya conocido nunca.
Sí, y por todo esto, ¡devolvedme la pasta tú, Dan, o tú, Daniel, que soy pesionista y que no me sobra! Porque os juro que ya no volveré a caer en la trampa del tío Óscar, y que vuestra 3ª película mejor me la contáis y, si no os importa, en 140 caracteres, que así "mola" mucho más y estamos todos en-la-onda (sic).
Y si Moze me abre, me quedo en el FAS. Definitivo. ¡¡Sí, Moze, abre , porfa! Que soy yo Toni. Que ya no me escapo más, que ya no me vuelvo a ir a lo loco a una de esas salas comerciales sin antes haberme informado hasta del nombre del proyeccionista. Que para qué engañarnos, Que como en el cineclub, en ningún sitio. Donde disfrutamos hasta cuando la película no nos gusta del todo, porque siempre, hasta en esos casos, sentimos que no hemos perdido el tiempo, que la película ha merecido la pena. Y que sabemos mucho más que cuando entramos a verla.
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