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La pasión de Juana de Arco

Carl Theodor Dreyer, el estilo trascendental


Inv.: Joseba Lopezortega, experto en audiovisuales.


Durante los primeros años del siglo XX, el cine se consolidó de una forma notoria en los países nórdicos. En esa época se desarrolló la etapa más creativa de grandes maestros como Sjöström, Stiller y Dreyer. Este último fue la figura más importante del cine danés y dejó un sólido legado artístico caracterizado por la búsqueda de verdades espirituales e imágenes de una admirable belleza. Dreyer odiaba la popularidad y no estaba dispuesto a ceder para poder filmar. Esa ética fue la base de todos sus trabajos. La plástica de la luz y la sombra se plasma en esas obras, logrando una estética de extraordinaria belleza.


Su debut como director tuvo lugar en 1918 con Præsidenten, donde mostraba un prematuro dominio de los primeros planos de los rostros, símbolo del mundo interior del personaje. En 1920 consigue su primera gran obra, Blade of Satans Bog, y comienza así una carrera brillante, personal e independiente. Le siguieron Prästänkan (1920), Die Gezeichneten (1921), Der var engang (1922), Mikäel (1924, donde representa la contemplación plácida y profunda de una crisis en la vida de dos personas y la resolución de esta a través de la muerte), Du skal din ære hustru (1925) y en 1926 grabó Glomdalsbruden.


En 1928 la Société Genérale des Films le encargó la realización de un largometraje sobre la heroína nacional: La passion de Jeanne d'Arc, su primer clásico. A Dreyer no le interesaron la exactitud histórica ni los detalles pintorescos, sino el drama psicológico y el progreso espiritual del alma de Juana. Rodada casi en su totalidad en interiores, sin maquillaje y con luz natural, Dreyer bautizó el primer plano como forma de narración auténtica y magistral, para expresar el dolor de la víctima y el acoso despiadado de los verdugos. Aunque fue aclamada por la crítica, fue un fracaso económico, lo que mantuvo a Dreyer inactivo unos años.


Su siguiente película, Vampyr - Der Traum des Allan Grey (1932), supuso también un cierto fracaso comercial. Dreyer no rodó más películas hasta 1943, año en que grabó Vredens Dag (Dies Iræ), sobre la hipocresía de quienes condenan las brujas. Fijó el estilo que después le distinguió en toda su carrera: composiciones muy cuidadas, cruda fotografía en blanco y negro y tomas muy largas. Dos años después, rodó Tvä människor y en 1955 realizó Ordet, basada en la obra teatral de Kaj Munk, donde combina una historia de amor con un examen del destino. Destacan el ritmo pausado, la práctica ausencia de montaje por corte entre escenas y las salidas y entradas de los actores en el encuadre, al estilo del montaje teatral. Con esta película, el director danés consiguió el León de Oro en el Festival Internacional de Cine de Venecia en 1955. Su última obra fue Gertrud, en 1965, en la que una mujer, a través de los altibajos de su vida, no se arrepiente nunca de las elecciones tomadas. También fue una especie de testamento artístico del autor. (Fuente: página web: http://www.hirutres.test.hezkuntza.net)

SESIÓN 2259 - 8/11/2016 

LA PASIÓN DE JUANA DE ARCO ∙ Francia ∙ 1928 ∙ 110 min

Dir.: Carl Theodor Dreyer ∙ G.: Carl Theodor Dreyer, basado en el libro de Joseph Delteil · Fot.: Rudolph Maté · Mnt.: Carl Theodor Dreyer · Prd.: Société Genérale des Films · Int.: Maria Falconetti, Eugène Silvain, André Berley, Maurice Schutz, Antonin Artaud

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