La mirada de Ulises

Gran Premio del Jurado y Premio Fipresci de la Crítica Internacional en el Festival de Cannes 1995

Si Angelópoulos es uno de los grandes maestros del cine europeo es porque tiene un estilo propio que se manifiesta en sus largos, estructurados y bellísimos planos secuencia, algunos tan memorables como el que abre “La mirada de Ulises”. A una cita de Platón siguen unas imágenes de una película griega de 1905, “Tejedoras en Avdella”, de los hermanos Manakis; la voz en off los sugiere pioneros del cine en la península balcánica. 

Comienza el plano en blanco y negro con la panorámica de un puerto griego y uno de los Manakis tomando imágenes de un velero. Llega otro hombre, la siguiente generación que aprendió el oficio; la imagen pasa a color y el primer personaje muere, apareciendo entonces el director de cine greco americano (Harvey Keitel), representando a la tercera generación. Ante nuestros ojos, en unos segundos, un siglo de historia ante una misma imagen, la de un velero, que simboliza el viaje que está a punto de emprender el protagonista.