FICXixon 60
Nos unimos a ‘la ola’ de esa redondez 60 que arrastra la sexagésima edición del Festival Int. de Cine de Xixón, bandera estatal del ‘cine independiente’.
Parecía que la lluvia, eterna compañera del FICX, iba a hacer ‘mutis por el foro’, pero llegó, llegó… FICX y Xixón, esa cita obligada si queremos estar al tanto de lo que se mueve en CINE, dejando a un lado el glamur en aras de la expresión audiovisual, descaro y atrevimiento delante y detrás de las cámaras…un lujazo. De la buena gente y de la gastro…ya ni nos quedan palabras (el paraíso).
Mencionar que en esta edición, recordando a aquel Centro San Agustín, volvemos al centro ya que se ha sumado un nuevo lugar de proyección, los OCINE Premium (Centro Com. Los Fresnos, a 15’ del Teatro Jovellanos), casi en el centro. Se mantienen los YELMO (Xixón Sur), sólo dos salas. Y como en años anteriores las gaviotas matinales nos acompañaban hasta la (antigua) Escuela de Comercio, un gustazo.
Breve crónica de una nueva edición (60ª) del FICX. Vamos pues con el denso fin de semana, sin más preámbulos.
“Hilos”, Tito Montero. Asturies, 2022, 83’
(TIERRES EN TRANCE: La afirmación de la identidad desde la memoria [cine arriesgado y experimental])
¡Sorpresa! No por lo que narra (despoblación y guerra civil, 1937), sino por descubrir a un entrañable Tito, y una manera particular de contar. Y es que el periodista, escritor y cineasta Tito Montero (Oviedo. 1978), que con su escritura y sus imágenes (realizador desde 2012) nos va regalando miradas al pasado, quizá para encontrar el presente. En esta ocasión tirando del ‘hilo’ familiar, y en blanco y negro (brillante y efectivo) nos va mostrando cada detalle de la casa, que habla y cuenta lo que fue. Abre el plano y vemos un pueblo desdibujado (Puente de los Fierros), que fue, y hoy se desvanece entre la vegetación y una línea de tren (que a veces ni se detiene). Fortaleza en otro tiempo, tiempo del carbón y la minería (eran tiempos de esplendor), la cámara de Tito nos va sensibilizando con el entorno (familiar-emoción y pueblo-prosperidad vaciada) dejando constancia de su existencia.
Y con los pies en la tierra, seguimos hurgando, ahora en papeles, nombres y fotografías (buscando al abuelo), para contarnos una parte de la Historia, cercana y casi olvidada (de ahí la rebeldía de Tito), la batalla de Cimero (Asturies) en agosto de 1937, derrota clave en los aconteceres de la Guerra Civil (1936-1939). Luego llegó la dictadura y, cómo no, el silencio (forzado o por temor). Así, y aún con ‘voz’ (film) temblorosa, Tito intenta romper ese silencio…la Historia está ahí, pero hay que hurgar…y mucho. Desde 1975 ha pasado mucho tiempo, mucho, y sabemos poquito. El mensaje subliminal es ‘abre los ojos’ (aunque lagrimeen).
*Premios FICX 60: Mejor guion / Público.
“To Leslie”, Michael Morris. USA, 2022, 119’
(RETUEYOS: Historias sinceras sin límites de géneros y formas [cine que viene, brotes-retoños])
Una de vaqueros, sin ranchos, ni vacas. Michael Morris (Londres. 1974) aunque consolidado productor y director de TV (desde 2007), aquí realiza su primer escarceo en cine. Antes de dar el salto a la TV USA fue director de teatro en Londres (1999-2002), algo que deja patente en “To Leslie”.
Un unos pocos minutos Morris hace alarde del dominio del medio audiovisual. Unas imágenes de TV de una mujer (Leslie -Andrea Riseborough, extraordinaria) recibiendo un premio de lotería, alegría desbordante, y prometiendo salir de la pobreza, y darle a James (su hijo, de 12 años) lo que precise. Elipsis (6 años), vemos a una mujer (Leslie) deambulando por las calles, alcoholizada, mendigando, ligando para sobrevivir,… son cuatro flashes sobrecogedores.
No parece que Morris sea moralista, simplemente muestra como la llegada de la fortuna, no siempre da la felicidad. Del arranque en un pequeño pueblo de Texas (fronterizo) donde todos se conocen, al anonimato, 6 años después, en cualquier otra ciudad, ‘sin techo’, donde el futuro es hoy, y mañana ya se verá. La Tierra es circular, y James (su hijo) la recoge en una estación (otra localidad), y la acoge (con una sola condición: no beber). Saliendo de los infiernos…parece que vamos superando las dificultades. Pero ya imagináis…vuelta a los infiernos, James expulsa a Leslie.
En esa circularidad de la Tierra, Leslie acaba volviendo a su pueblo (con vergüenza), ahora el protagonista es ‘el pueblo’, cruel e implacable por su pasado (6 años). Morris recurre a la teatralidad (3 personajes: Leslie, trabajadora en el Motel del pueblo, acogida por viejos conocidos [nueva oportunidad de redención] / Sweeney -Marc Maron, gerente del motel / Royal -Andre Royo, ayudante del motel] para hacer terapia, entre estos tres personajes se intenta recomponer la vida, con todos sus altibajos. Nos recuerda a “Bagdad Café” (1987) de Percy Adlon, donde la amistad puede y debe sanar heridas, y hacerte renacer. Aunque toda esta parte, aun entrañable, se estira en demasía, pero salva ‘los muebles’.
Interpretaciones geniales, historia del abandono, de la fortuna, del miserable y cruel ‘qué dirán’, de la violencia ‘pueblerina’, pero también del amor, de tropezar y seguir…
*Premios FICX 60: Interpretaciones Andrea Riseborough / Marc Maron.
“Saint-Cyr”, Patricia Mazuy*. Francia-Bélgica-Alemania, 2000, 119’
(FOCO: Patricia Mazuy [cine audaz de una directora])
¡Vaya! Ignorancia por nuestra parte (aunque la distribución tendrá algo que ver), Patricia Mazuy (Dijon, Francia. 1960) guionista y directora ignorada (desapercibida) en el Estado, a pesar de que desde 1989 ha realizado 6 largos y 4 trabajos para TV. Así es Xixón, así es el cine, siempre descubriendo…
“Saint-Cyr” majestuosa obra de época (Marquesa de Maintenon – Luis XIV, S-XVII), en la que Patricia Mazuy conjuga con maestría todos los elementos para realizar un gran trabajo: Interpretación, coral e individual (Isabelle Huppert, marquesa de Maintenon / Nina Meurisse, Lucie / Morgane Moré, Anne); Guion, basado en la novela ‘La maison d’Esther’; Música, John Cale (ex Velvet Underground); Fotografía, el experimentado Thomas Mauch (“Aguirre…”, “Fitzcarraldo”,…); Montaje, Ludo Troch (montador belga); Escenario, paisaje y palacio.
Espectacular arranque (travelling), tras levantarse de la cama (rey y esposa), cuando la marquesa se dirige en carroza a la escuela de Saint-Cyr, y es abordada en el camino por el propio rey, simplemente para satisfacción sexual. Tras ello, concesión para su objetivo, surge el empoderamiento y creación de una escuela de damas, traídas del mundo rural, pero nobleza arruinada por las guerras (sorprendente multiplicidad de idiomas franceses) para ser educadas como mujeres libres e independientes, formadas en francés (lengua unificadora), en filosofía, religión, historia y las artes (literatura, teatro,…).
Así pues, todos los ingredientes del film hacen que te sientas atrapado por la historia (guion), y la intrahistoria (interrelaciones), siempre el cine de época es como un torrente que te arrastra, y si está muy bien hecho, lo flipas (siempre que te guste la Historia, con mayúscula). En “Saint-Cyr” se entretejen historias múltiples, que aun representadas en el Siglo XVII están vigentes hoy en día. La cámara de Patricia Mazuy hace pocas tomas externas, se centra más en las entrañas internas del palacio, las relaciones, las pasiones, los sentimientos, el orgullo, el empeño, la amistad, la envidia, los celos,…una tela de araña compleja en la que la cámara se mueve como una mariposa, dulce y suavemente, enriqueciéndonos a cada plano.
“The Cathedral”, Ricky D’Ambrose. USA, 2021, 87’
(ESBILLA Espectru: Entresaca de Festivales [ficciones primas o consolidadas])
Ricky D’Ambrose (NY? USA. 1987). Este joven guionista y director lleva desde 2007 haciendo cine (en su mayoría cortos), sorprendió con este trabajo en Venecia 2021 (Premio de la Aso. Prensa Extranjera Hollywood, HFPA), siguió su andadura en 2022 por Sundance, Rotterdam, hasta llegar a FICX 60.
Film sorprendente por su narrativa, estilo documental, recorrido (personal?) desde la infancia hasta la universidad. Presentado a modo de cuadros animados, planos fijos, conversaciones sesgadas, motivo que utiliza D’Ambrose para presentar una familia de clase media en el New York (Long Island) de comienzos de los 80. Para ello utiliza la evolución de Jesse desde los 3 años, un niño semi-abandonado (padre y madre deber salir a trabajar para mantener el status), que debe jugar solo, de ahí el peso específico que otorga a las abuelas. Y cómo el niño Jesse observa impávido los conflictos entre las familias (paterna Damrosch y materna Orkin), sin llegar a ser ‘moneda de cambio’, con una ausencia de cariño que recorre casi toda la duración del film (salvo la presencia de las abuelas). El tono gris acompaña el estilo de D’Ambrose, que aprovecha para mostrar la evolución de la sociedad neoyorquina en un par de décadas (genial), así como el sutil apunte sobre los orígenes migrantes de ese, hoy poderoso N.Y. (y/o USA).
Sin duda, un cineasta a seguir por su singular modo narrativo y su estilo diferencial, otra manera de contar.
“Armageddon Time”, James Gray. USA, 2022, 114’
(ALBAR: Maestría fiel a la cita con Gijón [cine de consagrad@s, buena madera])
Cosas de la vida, visionada “The Cathedral” de Ricky D’Ambrose, N. Y. años 80, con James Gray (N.Y., USA. 1969) seguimos en New York, y en los 80, familias migrantes, también con toque autobiográfico. James Gray descendiente de familia judía (Ostropol, Ucrania hoy, antes URSS) de apellido Grayevsky o Grayzerstein, no en vano el prota es Paul Graff (abreviando Graffestein), protagonizado por Banks Repeta. Gray maneja con maestría cámara y color (ese color añejo, que nos retarda 4 décadas en el tiempo). Presenta a un adolescente Paul, soñador, inquieto, revoltoso, ingenioso y tierno. Y a su amigo de clase Johnny (Jaylin Webb), también soñador, rebelde e ingenioso, negro y de familia, sólo su abuela. Ambos comparten juegos, escapadas, ingenuidad e inocencia. “400 golpes” (1959), François Truffaut, en esencia, pero con la deriva USA, y esa peculiar mirada Gray al (mal) llamado ‘sueño americano’ (estadounidense) en busca de una vida mejor, o huyendo de un pasado atroz.
El contrapunto a los adolescentes Paul y Johnny lo pone el abuelo Aaron Rabinowitz (grandioso, y puntual, Anthony Hopkins), que aporta calma, serenidad, raciocinio y respeto a las andanzas del nieto Paul, alimentando creatividad y ensoñamiento infantil, por un mundo ‘justo’, y esa excusa (macguffin) de volar al espacio (deseo de Johnny). El film muestra los esfuerzos de la familia (comunidad judía) por el pan de cada día (ya mostrado en muchas pelis). Hay un guiño a la América (USA) Trump actual, de encaramarse a la cima pisando a los de abajo.
En definitiva un trabajo que satisfacerá a todos los públicos, Gray juega con le emoción y la empatía por los personajes, mostrando esa lucha por la ‘supervivencia’ (sociedad competitiva) que genera las clases sociales y los relegados. El discurso del padre de Paul (también judío, obrero raso), tras el acto delictivo, es determinante: ‘Siempre habrá alguien que pague la culpa, tú guarda silencio’. Ante eso, sólo nos queda el abrazo con el abuelo, y el lanzamiento del cohete (el sueño de un mundo más justo).
“Monica”, Andrea Pallaoro. Italia-USA, 2022, 113’
(RETUEYOS: Historias sinceras sin límites de géneros y formas [cine que viene, brotes-retoños])
Andrea Pallaoro (Trento, Italia. 1982) guionista y director, apenas conocido y prodigado (4 trabajos desde 2008), inició una trilogía sobre la mujer (“Medeas” [2013]; “Hannah” [2017]) que cierra con “Monica”. Si en los primeros trata sobre la alienación y la soledad, es esta ocasión trata sobre el abandono. Pero dando una vuelta de tuerca, pues Monica (Trace Lysette), mujer trans, intenta retomar aquella vida de familia, con su madre y hermano, que le dieron la espalda cuando tomó la decisión de ser mujer. Tema que nos recuerda en cierta manera a Marina Vidal (Daniela Vega) en “Una mujer fantástica” (2017) de Sebastián Lelio.
El estilo de Andrea es mediante un obsesivo primer plano, que antepone a Monica sobre el resto del plano, y así podamos interpretar los sentimientos de Monica, en una especie de ‘viaje de vuelta’ buscando el reconocimiento familiar. Pero también es un estilo preciosista, casi publicitario, que en mi caso me distancia algo del objetivo del film.
Los ingredientes son eficaces, la soleada California, clase adinerada (el dinero no es todo), la madre enferma terminal (leitmotiv del film), el hermano reservado y cobarde, y la solo comprensiva cuñada (con tres hij@s). Unos apuntes de la vida profesional de Monica, un amor perdido (pareja), vías de escape (sexo). Andrea trata con mucha ternura el personaje de Monica (cual osito de peluche), aparentemente sin necesidades, pero vacía e infeliz, frágil y delicada. En definitiva un tránsito que avanza, se detiene, vuelve a caminar, pero con la duda omnipresente.
“Tetuán”, Iratxe Fresneda Delgado. Euskal Herria, 2022, 95’
(TIERRES EN TRANCE: La afirmación de la identidad desde la memoria [cine arriesgado y experimental])
Pelillos a la mar. Toca hablar de Tetuán-Iratxe. Ya conocíamos su “Irrintziaren ohiartzunak” (2016)…ese trabajo de ‘rata de biblioteca-filmoteca’ (según ella) reivindicando a la cineasta Mirentxu Loyarte, con guiño poético simbólico de la ballena varada. Posteriormente “Lurralde hotzak” (2019), un viaje más personal (buscando ‘la luz del norte’) y a su vez exploradora del pasado (guiño a Eulalia Abaitua, fotógrafa S-XIX). Y ahora tercer paso-largo (largo-paso) “Tetuán” (2022), ‘largo paso’ ya que se percibe gran avance y madurez, un trabajo más redondo.
Se inicia con declaración de intenciones en la frase del uruguayo E. Galeano, que viene a decir algo así: Los peces en sus movimientos por los mares no encuentran fronteras, como tampoco las aves en sus vuelos por los cielos, sólo los humanos encuentran fronteras por doquier.
De nuevo de ‘excavación arqueológica’ por partida doble (su aita Carmelo y la escritora Annemarie), buscando y rebuscando encuentra dos personas migrantes (itinerantes). Desde lo personal (su aita) hasta la admiración (Annemarie Schwarzenbach) recorremos, cual estudiantes infante-juveniles, el globo terráqueo de un lado al otro y viceversa, siguiendo atentos a esa imaginaria cámara que acompaña a Carmelo y Annemarie en sus itinerarios. Sudor, dificultades, alivio, trámites. Dos búsquedas-viajes diferentes que se alternan y entrecruzan. Emocionante y enriquecedor.
Clic-clac, cambio. De blanco y negro a color, surgen Irina (Rumanía) y Mohamed (Sahara), así como pulsando un conmutador estamos en el hoy y el ahora, dejamos los recuerdos, pero seguimos viajando (buscando un estatus mejor), migrando. Si el tratamiento en la primera parte derrocha cariño, con Irina y Mohamed eclosiona cual volcán de emociones. Iratxe les hace volver al origen. Guauuu, no es difícil empatizar con los personajes, y nos salen plumas y/o escamas (enlazando con el dicho de Galeano) para ‘caminar’ con ell@s. Poesía, imágenes, paisajes, personas, historias, sueños, respeto o emoción…todo cabe en “Tetuán”.
“A mano armada”, Omar Tuero. Asturies, 2022, 106’
(ESBILLA Equi y n’otru tempu: Entresaca no ficción, pasado-presente [historias a recuperar])
Me remito a la sinopsis: Acabada la Guerra Civil Española (1939), cientos de combatientes republicanos se negaron a rendirse al bando golpista o a huir al exilio, decidiendo defender la 2ª República por sus propios medios como guerrilleros. Este documental narra cómo vivió la población asturiana aquellos años de terror y represión. Mostrando el espíritu indomable de un grupo de combatientes y enlaces antifascistas.
Documental con parte ficcionada, que da luz a los maquis, que fueron diluyéndose año a año hasta su desaparición. Resulta confusa en su extensa aportación de datos, que van hacia adelante y atrás en el tiempo. Un trabajo emocional que defiende ‘la memoria’ acallada durante más de 40 años…y en esas andamos.
“Laissez bronzer les cadavres”, Hélène Cattet - Bruno Forzani, Bégica-Francia, 2017, 82’
“Rien ne será plus comme avant”, Elina Löwensohn. Francia, 2022, 13’
(ELINA LÖWENSOHN: Premio Honor FICX 60, actriz y directora)
Sesión especial, con presencia de Elina Löwensohn y Bertrand Mandico, guionistas del corto, que fue proyectado al inicio. “Rien ne será plus comme avant” es una revisión de la memoria en tres episodios: ‘I grew up”, ‘The stalker’ y “Memory”, surrealistas y experimentales que nos transportan a un pasado cercano y lejano a la vez. Lo cierto es que Elina no se ha prodigado en la dirección, apenas tres cortos en 14 años.
Un buen aperitivo, para entrar en un mundo cinematográfico especial de esta singular y excepcional actriz, Elina Löwensohn, con innumerables títulos a su espalda. En esta ocasión una bizarra propuesta “Laissez…”, despampanante despliegue de medios e imaginación. Una historia sin historia, nos sentimos como en un film de Sergio Leone (una especie de homenaje a aquel spaghetti western). Un atraco, ladrones y policías, un enclave anodino, traiciones evidentes y frágiles relaciones. Una especie de sálvese quien pueda y ‘llévate el dinero’. Filosofía y fantástico a partes iguales, donde casi todo está permitido, sólo debes dejar volar tu imaginación. Film que será abominable para un@s, como maravilloso para otr@s, con un exagerado estilo pop, música e imagen. Es muy importante entrar en ese juego surrealista de la propuesta y seguir sus imágenes (grandilocuentes por otro lado), no te dejará indiferente. Por cierto, además de Elina, el elenco está sobresaliente.
“La gravité”, Cedric Ido. Francia, 2022, 85’
(ESBILLA Midnight Xabaz: Entresaca mutante [cine fantástico, terror, comedia o ciencia-ficción])
Como dice la sección, cine de medianoche, en la que descubrimos a un director (guionista y actor), Cedric Ido (Paris. 1980) con ascendencia de Burkina Faso, y criado en Saint Denis (a las afueras de Paris).
Cedric utiliza la excusa (‘fantástico’) de la alineación de los planetas (la gravedad), en la que el mundo cambiará, para denunciar el mundo de la droga en el barrio, así como la situación de precariedad económica de sus residentes.
Se inicia con una secuencia de cuatro adolescentes negros jugando en unas obras, con fatal desenlace. Elipsis, y llegamos a la actualidad, descubrimos que los cuatro niños eran hermanos dos y dos. Uno falleció, y su hermano, Christophe sale de la cárcel, de los otros dos uno, Joshua quedó discapacitado, y el otro, Daniel intenta rehacer su vida y salir del barrio con su mujer e hija (a Canadá, como tierra prometida).
El peso de la historia se centra más en el contexto social, con insertos ciencia ficción (que apenas tiene relevancia, es más una excusa). El código del barrio: se fiel al territorio y no des la espalda al vecindario. Cedric Ido da cuenta del paso del tiempo en el barrio, con el relevo en el control de la droga en el barrio, ahora en manos de los jóvenes (rönin), pero cambiando en el fondo. Alegoría y realidad en un mundo (barrio) cruel, del que es difícil salir. El pasado marca el inexorable presente. Si todo el film está lleno de sugerencias, la resolución se vuelve en violencia explicita, ‘la gravedad’.
“Anhell69”, Theo Montoya. Colombia-Rumanía-Francia-Alemania, 2022, 72’
(TIERRES EN TRANCE: La afirmación de la identidad desde la memoria [cine arriesgado y experimental])
Duro y tremendo testimonio de Theo Montoya (Medellín. 1992) en Medellín, Colombia. Que desciende a los submundos de la marginación en una ciudad en que parece que ‘la vida no vale nada’, para retratar un mundo trans (queer) con entrevistas a los propios jóvenes, combinando inserción de imágenes de ficción para pensar (coche fúnebre por Medellín conducido por el cineasta Víctor Gaviria,..). ‘El futuro es hoy, mañana no nos importa’, es la frase coincidente entre l@s entrevistad@s, víctimas de la violencia, drogas, discriminación o alienación.
Montoya, casi se desnuda* en cada entrevista del casting inagotable, comparte e interroga, opina e intuye. “Anhell69” apenas se puede narrar, quedas impactado (sin palabras), hay que verla, y reflexionar tras ello, sobre lo trans, los derechos, los márgenes, la violencia, la droga, el respeto (y su ausencia). Parece que está lejos, en Colombia (pero extrapolable a cualquier lugar), la condición de género, sigue siendo tabú (o cuando menos problemática). Ya el título es orientativo (opinión personal), Anhell = Ángel, Hell = infierno, 69 = sexo, ángeles (jóvenes sensibles) que se mueven por los lindes del infierno (gloria y destrucción), en un ambiente de sexo y drogas.
Montoya cierra con un halo de esperanza (futuro), algo a lo que asirse, seguir haciendo cine combativo e imaginativo. Resulta transgresora, pero rezuma ternura en cada segundo. Lo dicho es un tipo de cine que estamos obligad@s a ver y a analizar.
Y por si nos ayuda a entender ese especial mundo ‘Theo Montoya’, van unos datos. Theo ya sorprendió en Cannes 2020 con el corto “Hijo de Sodoma / Son of Sodom” (que ganó en Berlín 2021, Guanajuato y Noruega). Con “Anhell69”: Premio de la crítica en Venecia 2022, Paloma de Oro en DOK Leipzig, Premio Feisal 2ª mención en Mar del Plata (Argentina), Premio ZIFF (primer trabajo) en ZINEBI, Premio Fipresci en FICXixón…
*Premio FICX 60: FIPRESCI (crítica cinematográfica).
“El reino de Dios”, Claudia Sainte-Luce. México, 2022, 73’
(TIERRES EN TRANCE: La afirmación de la identidad desde la memoria [cine arriesgado y experimental])
Estamos ante una obra encantadora, en la que desde el momento inicial seguimos los pasos de Neimar, 8 años (Diego Armando Lara Lagunes) ante sus quehaceres diarios y su ilusión por conocer a Dios (primera comunión), sin embargo su inocencia y bondad va recibiendo reveses continuos. La realidad le va enfrentando a sus sueños y deseos. Dios no es tan bueno.
Todo el metraje está salpicado de anécdotas simpáticas o graciosas (cosas de niños), y para muestra un botón: Neimar está haciendo su primera comunión, recibe la hostia, y al rato se vuelva a poner en la fila. El cura le dice: ‘Chico ¿no tomaste ya? Y Neimar le responde: ‘Sí, pero no he sentido a Dios’…
Claudia Sainte-Luce (Tlalixcoyan, México. 1982), utiliza una narrativa sencilla, como si fuera un cuento, en un entorno rural, vida en familiar, con ella nos va envolviendo y entusiasmando, extrayendo es@ niñ@ que nunca abandonamos. No es una peli infantil al uso, pero sin duda es muy pedagógica en valores.
*Premios FICX 60: Mejor Dirección / CIMA. Mejor Largo con Directora.
“Allons enfants / Rookies”, Thierry Demaizière - Alban Teurlai. Francia, 2021, 114’
(ENFANTS TERRIBLES: Sección denominada así en 1997, cine infantil-juvenil, espíritu del origen del Festival)
Cada vez resulta más difícil ubicar un documental en su género cinematográfico. La línea que separa ficción vs. documental es cada vez más fina, y las variantes se multiplican. Hay ficciones que resultan documentales y viceversa, así pues, a veces es difícil encasillar un film.
Estamos pues ante uno de esos films, “Allons enfants” que además se mueve en un subgénero conocido, el de ‘las aulas’ (o sea, de estudiant@s con sus vivencias y problemas). “Quién lo impide” (2021), Jonás Trueba (referente adolescencia), o “Fama” (1980), Alan Parker (referente escuela musical). Por tomar dos ejemplos.
De la última Berlinale llega esta experiencia educativa singular, en la que tiene cabida el conflicto social (migración) y ese innato afán de superación en la adolescencia (apenas aborda el tema de la amistad). Así vamos a vivir la evolución de un curso en el Instituto Turgot (Paris) en el que se intenta compaginar estudios básicos, con la danza hip-hop (acceso a la fama que tod@ joven anhela) como incentivo para superar los estudios. En entorno de 50 alumn@s los directores se centran en 8 de ell@s, cada cual con su origen y personalidad, y las dificultades que cada un@ arrastra, pero que la danza hip-hop calma.
Por ello el film pivota entre las clases educativas: lengua francesa, matemáticas, filosofía,…y la educación física, la danza (hip-hop), ya que este instituto compite anualmente en campeonatos estatales de la disciplina. En ambos enfoques (aula y gimnasio) trataremos de empatizar con tod@s ell@s. Con estos mimbres vamos descubriendo y construyendo cada persona-personaje: Charlotte, Nathanaël, Michelle, Erwan, Ketsia… Y como se esfuerzan por su superación individual y colectiva (convivencia). Sonrisas y lágrimas…c’est la vie! Dura y complaciente…hay que buscar el equilibrio, para no romperse.
“Grand jeté”, Isabelle Stever. Alemania, 2022, 105’
(ALBAR: Maestría fiel a la cita con Gijón [cine de consagrad@s, buena madera])
Jeté, palabra francesa utilizada para un paso de danza. Y es que Nadja (Sarah Nevada Grether, magnifica y convincente), ex bailarina, ahora da clases de danza a niñas. Pero también ‘jeté’ (en francés) es el participio de arrojar, tirar, despeñar… Que también puede ser una pista en el film.
Isabelle Stever (Munich. 1963) arranca esta película (su 6º largo, pero gran desconocida) con el primer plano de la espalda de Nadja, un plano fijo y largo que ya nos transmite ‘tormento y asfixia’. La cámara, un poco después, toma altura y nos muestra a Nadja en su día a día, como una mujer insensible, vacía, sin expresión (a pesar de ser bailarina), todo ello es un giño a su pasado. Pasado que retoma en una fiesta de cumpleaños de su madre (que vive a una hora de Berlín, donde reside Nadja).
Este punto de inflexión hace que conozca a su hijo Mario (Emil von Schönfels) que había dejado (abandonado?) con su madre para realizar su carrera de bailarina. A partir de ahí retoma la relación con su hijo, en esa búsqueda de su pasado (perdido?), y abandona el presente (vacío?). Comienza un camino tortuoso y casi destructivo (al estilo del cine de Claire Denis), ‘bajando a los infiernos’. Esa relación afectiva, madre-hijo, acaba en incesto con una enorme naturalidad, pero con adicción y dependencia por parte de Nadja. El tratamiento fílmico es gris, como la historia. Historia que nos recuerda a “La luna” (1979), Bernardo Bertolucci, que a diferencia de Isabelle Stever, se recrea en la belleza (y el complejo de Edipo). Stever golpea duro (no por lo del incesto), si no por el camino destructivo que toma su personaje. La pista mencionada arriba…jeté/arrojada ‘a lo grande’ (Grand).
txarli otaola
Palmarés 60 FICXixón 2022
RETUEYOS
PREMIO AL MEJOR LARGOMETRAJE:
Metronom de Alexandru Belc (Rumanía, Francia, 2022)
PREMIO A LA DISTRIBUCIÓN:
Estertor de Sofía Jallinsky y Basovih Marinaro (Argentina, 2022)
PREMIO AISGE A LA MEJOR ACTRIZ:
*Andrea Riseborough por To Leslie (Estados Unidos, 2022)
PREMIO AISGE AL MEJOR ACTOR:
*Marc Maron por To Leslie (Estados Unidos, 2022)
ALBAR
PREMIO AL MEJOR LARGOMETRAJE:
Rimini de Ulrich Seidl (Austria, Francia, Alemania, 2022)
PREMIO A LA DISTRIBUCIÓN:
La novelista y su película de Hong Sangsoo (Rep. de Corea, 2021)
PREMIO ESPECIAL DEL JURADO:
The Fire Within: A Requiem for Katia and Maurice Krafft de Werner Herzog (Francia, Reino Unido, Suiza, EE. UU., 2022)
TIERRES EN TRANCE
PREMIO FIPRESCI AL MEJOR LARGOMETRAJE:
*Anhell69 de Theo Montoya (Colombia, Rumanía, Francia, Alemania, 2022)
PREMIO DE LA ASOCIACIÓN ACCIÓN! A LA MEJOR DIRECCIÓN :
*Claudia Sainte-Luce por El reino de Dios (México, 2022)
PREMIO A LA MEJOR PELÍCULA ESPAÑOLA:
A Foreign Song de César Souto (España, 2022)
PREMIO DIRECCIÓN DE LA MEJOR PELÍCULA ESPAÑOLA:
César Souto por A Foreign Song (España, 2022)
PREMIO DAMAAL MEJOR GUION DE PELÍCULA ESPAÑOLA:
*Tito Montero por Hilos (España, 2022)
PREMIO DCP DELUXE:
Rocío Mesa por Secaderos (España, EE.UU., 2022)
PREMIO CIMAAL MEJOR LARGOMETRAJE DIRIGIDO POR UNA MUJER:
*El reino de Dios de Claudia Sainte-Luce (México, 2022)
PREMIO ENFANTS TERRIBLES AL MEJOR LARGOMETRAJE:
Bigman de Camiel Schouwenaar (Países Bajos, Alemania, 2022)
GRAN PREMIO DEL PÚBLICO:
The Fire Within: A Requiem for Katia and Maurice Krafft de Werner Herzog (Francia, Reino Unido, Suiza, EE. UU., 2022)
PREMIO DEL PÚBLICO DE LA COMPETICIÓN TIERRES EN TRANCE A LA DISTRIBUCIÓN:
Hilos de Tito Montero (España, 2022)
PREMIO EUROPA FILM FESTIVALS – EUROPA JOVEN:
Cabeza y corazón de Ainhoa Andraka y Zuri Goikoetxea (España, 2022)