top of page

Entrevista a Toni Abad para Gidoifactoria

1.- ¿Cuál es tu rol en el Cineclub Fas?

Trabajo como colaborador de la Junta Directiva. Y, al día de hoy,  mantengo reuniones con diferentes asociaciones culturales que  desarrollan sus proyectos desde Bilbao con la intención de aglutinar,  más o menos a medio plazo, sus propuestas en un gran proyecto donde  todas tengan cabida. Poesía, música, danza, pintura, etc. Nunca  entenderé el cine como un arte independiente. Al contrario, el cine es  el arte más dependiente que existe. Depende de todas las demás artes.  Por eso quizás sea el 7º arte. Llegó el último pero recoge influencias  del resto. Sin duda, ésa es parte de su grandeza. Y del atractivo que  tiene sobre tanta gente.


2.- ¿Qué función crees que cumple el Cineclub Fas en el panorama cinematográfico actual? ¿Cómo ves ese panorama?

Se trata de una labor fundamental. Y más aún en los momentos actuales  en los que disfrutar del cine en las condiciones para las que fue  concebido se está convirtiendo en una labor sino imposible sí, por lo  menos, complicada. Disfrutar de una película: en pantalla grande, en  versión original, con copias en excelente estado, a un precio módico y  en el centro de Bilbao es, actual y desgraciadamente, un lujo que no  debemos permitir que se pierda. Porque, ¿quién rueda una película (con  todos los esfuerzos físicos, psíquicos y económicos que se necesitan)  para que después vaya a ser vista (sic) a través de un teléfono móvil o  de un pequeño ordenador portátil?


3.- ¿Qué pasa con el cine en pantalla grande? ¿Cuál será su futuro?

Casi habría que preguntar: ¿qué pasa con la pantalla grande; es  decir, con las salas comerciales? Y responder que en las condiciones  económicas actuales su supervivencia se está convirtiendo, en realidad,  en una agonía. Simplemente apunto que, estando el precio del metro  cuadrado al precio que está, el mantenimiento de una sala comercial de  cine es un negocio ruinoso. Se requieren demasiados metros para unos  ingresos demasiado pequeños.   Y entonces si “muere” la pantalla grande, ¿qué pasa con el cine? Ésa  sería la cuestión. Porque el cine, tal y como lo hemos conocido,  cambiará. Es lógico. La forma de disfrutarlo cambiará su manera de  hacerse, su esencia, podríamos decir filosóficamente. ¿Para qué voy a  gastar equis miles de euros, por ejemplo, en conseguir una determinada  calidad fotográfica que, después y ¡en el mejor de los casos!, va a  “disfrutarse” en el formato de una televisión?


4.-  ¿E Internet? ¿Cómo ha afectado al mercado? ¿Ves futuro más allá de las descargas piratas?

El cine en internet es el cine en el País de Liliputh. Y más que en  el país, en la Selva de Liliputh donde parece que todo vale y donde no  existen las reglas. Rodeados de cazadores (furtivos). Un absurdo elevado  a la enésima potencia: hacer cine cada día cuesta más y, sin embargo,  obtener rendimientos de una película se está convirtiendo (y perdón por  el chiste fácil) en una “misión imposible”. Porque en internet las  películas pueden “verse” pero eso no genera casi ningún ingreso. Sí,  absurdo: miles de espectadores y el productor, sin poder pagar los  costes de la película, en la ruina. Con lo que el negocio, el show  business, cada día es más show y menos business. Todo un cachondeo. Sólo  esto parece tener importancia. Si la vida son dos días, oía el otro día  por la televisión, por lo menos que caigan en fin de semana.   Y respecto al futuro, obviamente las descargas piratas y gratuitas  deben acabarse. La pregunta de cómo hacerlo es ya harina de otro  costado. El barco pirata, posiblemente, tenga ya demasiados cañones y  navegue demasiado deprisa.


5.- ¿Cómo ves la ficción en TV? ¿Le está comiendo la tostada al cine? ¿Qué series te gustan?

La televisión está bien. Goza, creo, de muy buena salud. Y la  ficción, subida a su carro, tiene y tendrá mucho recorrido. ¿Le está  comiendo la tostada al cine? Por supuesto que se la ha comido. Pero eso  tampoco tiene mucho mérito si miramos las condiciones en las que se  mueve (y sufre) el cine. ¡Menudo enemigo! Enemigo “menudo”, sin duda.   En cuanto a las series, quizás, piense en House. Pero, quizás también,  porque cada vez que veo al doctor de marras me acuerdo del Sam Spade de  Humphrey Bogart.


6.- Anímanos a asistir a las proyecciones del Cineclub Fas.

Poder conocer, escuchar y charlar con los invitados/as que nos  presentan la película. Cada día más interesantes. Éste es un reto  continuo. Además ofrecer lo que podemos llamar un espectáculo  multidisciplinar. Siempre en torno al cine. Por ejemplo, un concierto de  rock o de jazz y una película relacionada con la música. Éste es un  reto de futuro. Y, ante todo, lo que ya hemos señalado antes: buen cine,  buena sala y buenos precios. Y si decidimos quedarnos cuando la  proyección termina, hablar y discutir con el invitado/a sobre la  película. Y descubrir que no sólo el disfrutar sino también el pensar  puede resultar una experiencia afrodisíaca. ¿Qué más se le podría pedir a  un Cineclub que tiene casi 60 años de vida, es el más antiguo de España  y, quizás, el único aún existente en Europa? Un venerable “anciano” con  unas terribles ganas de continuar en la pelea por la cultura.

Image-empty-state.png
bottom of page